Durante esta semana, se han realizado una serie de actividades con motivo del 25N. Entre ellas, este emotivo vídeo, en el que alumnado sordo e ILSES del centro interpretan la canción "La puerta violeta" de Rozalen en lengua de signos. El vídeo concluye con la manifestación de compromisos por parte del resto de alumnos y alumnas, así como del profesorado, también en lengua de signos."Comprometidos contra la violencia machista", "Comprometidos contra la discriminación", "Comprometidos con la justicia", "Comprometido con la igualdad", "Comprometidos con la mujer"... #MeComprometo
"La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo". (Nelson Mandela)
lunes, 26 de noviembre de 2018
jueves, 22 de noviembre de 2018
Actividades "Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer"
#MeComprometo Nuestro centro continúa realizando actividades con motivo del "Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer". Sustitución de los tradicionales carteles de salida de emergencia en pasillo y estancias del edificio. ¡HAY SALIDA! pic.twitter.com/jIIja4xeS7— C.E.P.A. "Carmen Conde Abellán" (@CEPACarmenCond1) 22 de noviembre de 2018
miércoles, 21 de noviembre de 2018
El texto descriptivo
Actividad para trabajar en el aula el bloque "Expresión escrita", contenido correspondiente al currículo de 2º de E.S.P.A. del ámbito de la Comunicación (Lengua Castellana y Literatura)
Actividad de Lengua Castellana y Literatura
¿Qué sabes ya del Romanticismo en España? Compruébalo con esta actividad, creada y desarrollada por Teresa Losada Romero en el blog "Diente de león".

martes, 20 de noviembre de 2018
Premios del IV Certamen de redacción juvenil "Clara Campoamor"
Entrega de los premios correspondientes al IV Certamen de redacción juvenil "Clara Campoamor". 1º, 2º premio y accésit para tres alumnas de Secundaria. Además 3º el premio al centro como tercer mejor entidad representada.
Entrega premios IV Certamen redacción juvenil "Clara Campoamor". 1º, 2º premio y accésit para tres alumnas de Secundaria. Además 3º premio al centro como tercer mejor entidad representada. pic.twitter.com/MnhWZlekPz— C.E.P.A. "Carmen Conde Abellán" (@CEPACarmenCond1) 20 de noviembre de 2018
Grandísimos trabajos de nuestras alumnas. ¡Enhorabuena! Además la alumna ganadora tendrá la oportunidad de leer su redacción y sus reflexiones el día 23 de noviembre a las 13:00 h. en el "Manifiesto contra la violencia de género", que tendrá lugar en la puerta del Ayuntamiento. pic.twitter.com/EdZ34YusnR— C.E.P.A. "Carmen Conde Abellán" (@CEPACarmenCond1) 20 de noviembre de 2018
Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Con nuestro cartel “Esto también es Violencia contra las Mujeres” conmemoramos el 25N en nuestro centro con el lema este año:
#MeComprometo
A ser parte de la solución
Eliminación de la Violencia
contra la Mujer
sábado, 17 de noviembre de 2018
Participación en la 3ª Feria de Emprendimiento Joven
Visita y participación de alumnos y alumnas de nuestro centro en diferentes actividades de la 3ª Feria de Emprendimiento Joven, celebrada en el Hotel Tryp Melilla Puerto. pic.twitter.com/JbM31H7nAy— C.E.P.A. "Carmen Conde Abellán" (@CEPACarmenCond1) 17 de noviembre de 2018
Vídeo "No a la violencia de género"
Para verlo en el aula y abrir un debate.¡No te quedes callado! ¡No te quedes sin decir nada!
viernes, 16 de noviembre de 2018
Fichas explicativas
Actividad diseñada para trabajar en el aula contenidos de Lengua Castellana y Literatura relacionados con "el género lírico". Uso de una aplicación del móvil para buscar una canción, cuya letra es el poema "Nanas de la cebolla" de Miguel Hernández, cantada por Joan Manuel Serrat.
(Pulsar sobre cada ficha para ver el frente y el revés de la misma)
Ciberacoso: una historia digital
Historia que combina una narración propia con aspectos a tener en cuenta del "ciberacoso" (efectos, señales, intervención y prevención). Actividad muy recomendable para el alumnado de Educación Secundaria.
Open publication - Free publishing
jueves, 15 de noviembre de 2018
Presentación para utilizar en el aula el 25N
Esta presentación ha sido elaborada por nuestro compañero José Juan Infante Moreno, que hace una breve introducción sobre lo que es la violencia de género, sus manifestaciones, cómo podemos prevenirla y algunos mitos sobre la misma. Incluye vídeos y actividades para trabajar en el aula.
miércoles, 14 de noviembre de 2018
La historia de Pepe y Pepa
Carmen Ruiz Repullo es una socióloga cordobesa que ha trabajado para el Instituto de la Mujer de Andalucía e impartiendo charlas sobre la violencia de género en los jóvenes. En ellas utiliza un cuento llamado La historia de Pepe y Pepa, con el que intenta ayudar a los adolescentes a detectar posibles situaciones de maltrato al verse reflejados en ellas. Un vídeo en el que Ruiz cuenta la historia y que superó el millón de reproducciones en menos de dos semanas desde el momento en el que fue publicado.
En La historia de Pepe y Pepa, la socióloga representa la violencia de género en una escalera en la que los dos protagonistas, adolescentes que acaban de comenzar una relación, van subiendo peldaños. En cada escalón, Pepe controla un poco más a Pepa. "Llevo utilizando esta historia más de quince años y está basada en hechos reales, en lo que las jóvenes me cuentan en las charlas y talleres", "En algunos casos el orden de los peldaños varía, y cada año, por desgracia, hay que actualizarla porque hay más escalones".
Ruiz lleva años utilizando este cuento en sus charlas y ponencias, aunque este vídeo en concreto se grabó en 2015.
Carta de Raquel Orantes dedicada a su madre
Hola, mamá.
Te escribo en la
distancia y pasado el tiempo, pero con la esperanza de que mis palabras lleguen
de alguna manera a ti.
Hace ya 20 años que
te arrancaron de nuestras vidas. Un
desgraciado 17 de diciembre que ha marcado nuestras vidas de tu ausencia y ha
llenado de lágrimas cada día. Me gustaría decirte que tu testimonio, ese con el que rompiste un
silencio para denunciar un matrimonio de más
de 40 años de maltrato,
ha quedado marcado en la memoria de un país que hoy en día te recuerda; que
muchas mujeres ven reflejado su dolor en tu dolor; que gracias a ese acto de
valentía impulsaste, por fin, la creación de una
ley integral contra la violencia de género; y que, en muchos
casos, denuncias como la que tú realizaste no quedan impunes.
Me gustaría contarte
que ni una mujer más ha tenido que abandonar su hogar, como lo hacías tú cuando
tu agresor rompía en cólera, con todos nosotros avanzando delante de tu
partida. Me
gustaría contarte que las sentencias son justas, que los jueces no las siguen
“interpretando”. Que al igual que
tú, ninguna mujer tiene que convivir con su maltratador, que ninguna mujer,
aunque haya roto la relación, tiene que vivir con el miedo de que en cualquier
momento su agresor entre en casa. Que ningún hijo o hija tiene que permanecer
alerta en sus sueños como lo hacíamos nosotros.
Aún recuerdo con
angustia cómo, ante cualquier ruido, me
levantaba con ese bate de béisbol que antaño sirvió para el juego, y que
transformé en un arma de defensa. Con el número de la policía siempre a mano. Con la desazón de dejarte
en muchos momentos sola porque tenía que trabajar. Tu angustia era la mía, cada
mañana y cada noche.
Me encantaría decirte
que todo ha cambiado. Que hay voluntad política, que las movilizaciones
sociales son a una, y que todas las personas que trabajan para
que se erradique la violencia hacia la mujer han conseguido avanzar. Ojalá decirte que hoy en día hijos e hijas de mujeres valientes como tú
no somos los grandes olvidados de la barbarie.
Desearía contarte que
nos protegen, que
ya ningún niño ni niña llora en silencio su desgracia, acurrucados como lo
hacía yo en la soledad gris y triste de su habitación. Que esos críos ya no son maltratados, mutilados psicológicamente,
arrancados de sus hogares, asesinados en muchos casos...
Pero, mamá, eso no es
así. Las
víctimas, palabra que no me gusta porque somos supervivientes de la violencia
-y tú lo sabes mejor que nadie-, siguen siendo las mismas. Siguen asesinando con impunidad; seguimos siendo, desgraciadamente,
ciudadanas de segunda; y ley, hoy por hoy, no ha conseguido todo lo que
debería.
Sabes que nuestras
vidas, como hijos, nunca ha sido fácil. Presenciamos
demasiadas peleas y agresiones; muchas de ellas, en carne propia. Sufrimos tanta hostilidad y desprecio de una persona que, se suponía,
te quería, nos quería, pero que nos consideraba tan sólo objetos de su dominio,
juguetes que manejaba a su antojo. Un
ser destructor, autoritario, frío y agresivo en casa, pero gentil y agradable
de puertas para afuera. Como decía tu padre, mi abuelo, un “candil de puerta ajena”. Alguien
que no mostraba su verdadera faceta, alguien a quien desde bien pequeña no he
tenido más que miedo, pavor y, aún sin saber muy bien por entonces su significado,
desprecio.
Desprecio por todos
esos malos gestos contigo y con nosotros, por esas agresiones que jamás nadie
debe recibir de un padre o de un marido. Nuestra
infancia se reduce a aquella que disfrutamos a ratos a tu lado, cuando él, a
quien no considero padre, se alejaba. Esas temporadas en las que permanecía fuera varios meses, VIVÍAMOS,
respirábamos, corríamos por las calles, sin el temor de que llegara.
Disfrutábamos tanto... ¿verdad, mamá? De
nuestra complicidad, de nuestras escapadas al centro de Granada. También recuerdo las visitas a tu madre, nuestra abuela, la que nos
comía a besos y nos contaba historias; a la que veíamos y disfrutábamos tan
poco... Un
aislamiento impuesto que te separaba de todos aquellos a los que queríamos y que nos querían:
tíos, abuelos, hermanos...
Te echo tanto de
menos, mamá. Me haces tanta falta... En mis decisiones, en mi camino, en mi
vida. Has sido y serás la mujer mas valiente y honesta que he conocido. Me
has inculcado valores, y me has educado desde el respeto y el cariño. Has sido capaz de sacar adelante a tus 8 hijos, y has logrado que
seamos hombres y mujeres de bien, como tú siempre has querido. Con el orgullo
de un apellido, ORANTES, que significa todo.
Cuanto daría, mamá,
por que siguieras aquí. Me imagino cuántas veces levantaste tu mirada hacia ese
arco de Elvira que vio tu infancia y adolescencia pasar, cuántas veces te
perdiste por las callejuelas de Granada. Cuántas
veces bebiste en esa fuente que antaño calmaba la sed de los comerciantes que
convivían en una calle ahora tan diferente... Cuántas te quedaste rendida, dormida cerca de la pequeña tienda que
tu madre regentaba para sacaros a ti y a tus 5 hermanos adelante. Cuántas
noches en vela perfilando las mantillas que lucen las mujeres en Semana Santa,
cosiendo para poder llevar ese vestido de domingo que soñabas. Tan coqueta y
femenina, tan llena de energía. Cuántas
ilusiones acogería tu alma, cuántas añoranzas y risas derrochaste en esos
tiempos en los que eras solo esa niña que crecía ajena a la desdicha y la
sinrazón de su futuro. Cuánto daría por haberte librado de tanto sufrimiento.
A veces recorro la
calle Elvira, donde naciste, y el barrio en el que te criaste, y cada vez lo
disfruto más. Antes me inundaba la tristeza, pero ahora te imagino y me llenas
el alma de tanto amor y tanta dicha de haberte tenido en mi vida que por un
momento siento que estás aquí y sigues a mi lado. Mujer
valiente donde las haya, mujer con principios. Ojalá estuvieras aquí para poder escribir ese libro que querías, porque
como tú decías, tenías experiencias para hacerlo. Te
extraño cada día, estás en mí y eso me consuela pero daría mi vida por otro último abrazo
tuyo. Te echo de menos y siempre estás en mi pensamiento y en mi corazón. Hasta
que nos volvamos a encontrar... Te quiero, mamá.
Publicación de El Mundo sobre Ana Orantes y de cómo la violencia de género dejó de ser suceso
Ana Orantes: cuando la violencia de
género dejó de ser suceso
RAFAEL J. ÁLVAREZ
Madrid
RAFAEL J. ÁLVAREZ
18 DIC. 2017 03:05
Su asesinato 13 días
después de narrar en televisión su calvario cambió la percepción social,
mediática y política de la violencia de género.
Hoy, los
avances legislativos y ciudadanos conviven con lagunas judiciales y
resistencias del machismo.
Ana
Orantes salió en televisión cuando la violencia de
género era un asunto conyugal, una oscuridad de alcoba que, si acaso, valía
para los programas de testimonios con público, carne de sobremesa con
aplauso.
Era 4 de
diciembre de 1997.
El relato valiente de sus 40 años de palizas, los empujones contra la pared, los
puñetazos en la cabeza, las pérdidas de consciencia por los golpes, los
insultos, los abusos a sus hijas y las 15 denuncias contra su secuestrador
legal alimentaron un rato de audiencia que pasó casi desapercibido para la
política, los medios, las instituciones y la sociedad. Para todos excepto para
un tipo: José Parejo.
El ex
marido de Ana, que vivía en la planta baja de la misma casa que ella por culpa
de una sentencia de divorcio menos insólita de lo que parece, tomó nota y
decidió terminar su trabajo de 40 años de dictadura. Trece días después de la
aparición de Ana Orantes
en Canal Sur, Parejo la
agredió brutalmente, la ató a una silla y le prendió fuego.
Era 17 de
diciembre de 1997.
Y entonces
sí. Entonces algo pasó. Entonces Ana tuvo que morir para que sus palabras
cambiaran las cosas. Entonces Ana Orantes dejó de ser un suceso para empezar a
ser una asesinada de género.
Porque el
18 de diciembre, hace hoy 20 años, su crimen fue noticia de apertura de algunas
televisiones y portada de varios medios que no sólo informaron de su caso sino
que lo contextualizaron, lo sumaron a otros con la misma raíz y le dieron a Ana
una categoría de pertenencia a algo: víctimas del machismo.
Pero
los 20 años que hoy se cumplen desde aquellas portadas son, en realidad, un
tiempo de avances con frenazos,
de leyes más o menos aplicadas, de concienciación de género frente al
negacionismo militante, de un Ministerio de Igualdad que duró sólo una
legislatura, de asignaturas por dar y jueces por formar, y de más mujeres
protegidas pero casi las mismas muertas.
Y son, en
este vaivén de paradojas, dos décadas con más mujeres protegidas pero
con 1.000 asesinadas más.
El ejemplo
de Ana Orantes, mutado en martirio por lo que ha significado, fue calando escalones
sociales y políticos arriba. Meses después del asesinato, el Defensor del
Pueblo denunciaba la «carencia de interés social y jurídico que históricamente»
ha tenido la «violencia doméstica sobre la mujer». Y la ONU instauraba el 25 de
noviembre como Día de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
En
1999, el Código Penal estableció la orden de protección a la víctima, que
implicaba el alejamiento del agresor, y consideró el maltrato psicológico como
violencia.
Pero la
formación en igualdad, la atención a las víctimas y la concienciación social
seguían estando fundamentalmente en manos de las asociaciones feministas, las
únicas en España que dotaban al fenómeno de una condición estructural e incluso
contabilizaban las mujeres asesinadas.
En 2002, el Gobierno y el CGPJ crearon el Observatorio contra la Violencia Doméstica
(después ampliado a de Género),
que estudia y categoriza las sentencias sobre malos tratos.
Pero la
gran zancada política en España contra el terrorismo machista se produjo en
2004. Tras muchos años de lucha de los colectivos de mujeres, el Gobierno de
Zapatero parió y el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad la Ley Integral contra la Violencia de Género, un puñado de directrices educativas,
sanitarias, formativas, sociales, policiales y penales para el abrigo de las
víctimas y el castigo de los agresores.
Hoy, 13
años después, muchos culpables están vigilados o encarcelados, muchas inocentes
están protegidas y muchos jueces, médicos o policías están formados. Pero
también muchos de sus artículos siguen sin implementarse, muchos agresores
viven impunes y muchas mujeres no hallan las condiciones para denunciar.
En 2007 el
Gobierno aprobó la Ley de Igualdad con la abstención del PP y se creó el teléfono contra el maltrato: 016. «A veces oigo salir
volando el teléfono»,
dijo una operadora a ELMUNDO para ilustrar lo que este servicio escucha al otro
lado. Sólo en 2016, el teléfono (que es gratuito y no deja huella en la
factura) recibió 85.000 llamadas fiables.
En 2015, el
Gobierno de Mariano Rajoy aprobó la Ley de Infancia, gracias a la cual ya se considera a los
hijos e hijas como víctimas de violencia machista.
Y en este
2017 el Congreso ha aprobado el pacto de Estado contra la violencia de género. Sin
embargo, el presente sigue clamando al cielo.
Un
tercio de las órdenes de protección (un 50% en algunas provincias) no se
concede. En 2014 las
asesinadas que habían denunciado habían sido catalogadas policialmente con
«riesgo bajo o nulo». Las mujeres heridas (43 al día) siguen sin ser
contabilizadas oficialmente. El año pasado el 40% de los asesinos de género
había sido denunciado. La última encuesta de la FAD dice que uno de cada cuatro jóvenes ve
«normal» la violencia de género en pareja. Y, hoy, 20 años después, algunos
medios siguen llamando al asesinato de género «crimen pasional» o «reyerta
familiar».
Quizá por
estos 20 años contradictorios, Raquel, la hija de Ana Orantes, ha escrito a
su madre una carta de justicia y dolor (la pondremos completa en otra entrada del blog):
La muerte
de Ana Orantes se convirtió en la foto de portada de EL MUNDO el 18 de
diciembre de 1997, hace hoy 20 años. Fue el único diario de ámbito nacional que
concedió semejante tratamiento al asesinato de la mujer que días antes había
acudido al programa De tarde en tarde (Canal Sur) para ofrecer su
testimonio. «Vinieron
no guantadas, sino palizas. Toda su cosa era cogerme de los pelos, de darme
contra la pared. Me ponía la cara así. Yo no podía respirar, yo no podía hablar
porque yo no sabía hablar, porque yo era una analfabeta, porque yo era un
bulto, porque yo no valía un duro. Así han sido 40 años», describía así el martirio físico y
psicológico sufrido. Dos días después del crimen, la presentadora de aquel
programa, Irma Soriano, admitía: «La sociedad ha fallado [...] A Ana le hemos
fallado».
lunes, 5 de noviembre de 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)